La primera infancia tiene una importancia fundamental, ya que durante esta etapa el cerebro se desarrolla con mayor rapidez y tiene una gran capacidad de cambio. La estimulación que las y los niños reciben durante estos años sentará la base para su desarrollo durante toda la vida. Los vínculos que forman con sus padres y sus primeras experiencias de aprendizaje, afectan profundamente su futuro desarrollo físico, cognitivo y social.