En México, según los resultados del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial 2018 (CEMABE), realizado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el 97% de las escuelas de educación básica tiene carencias de infraestructura. El 29 % de las escuelas de educación básica presenta problemas estructurales y otras carencias asociadas, en tanto que 2 % muestra daño estructural. Y aunque 66 % no tiene este tipo de daño, sí presentan al menos una carencia de otro tipo.
De las escuelas con carencias, 33 % funcionan con estructuras atípicas que no se apegan a la normatividad establecida; 45 % no están conectadas al desagüe y 20 % no están integradas a una red de agua potable. Además, 5 % continúa sin acceso a servicios de electricidad.
Los resultados hacen que nos cuestionemos si el método en el que se están enseñando las matemáticas es el correcto ya que, aparte de que los resultados de las evaluaciones no non alentadores, luchamos también para que los niños no vean a las matemáticas con miedo sino como una habilidad que les va a permitir acceder a mejores oportunidades.