El 13 de marzo, vivimos una jornada llena de empatía, alegría y conexión en el Asilo de Ancianos Desamparados.
Compartimos una mañana especial con los adultos mayores, acompañándolos durante el desayuno escuchando sus historias y brindándoles un espacio de compañía y calidez. Cada conversación nos recordó la importancia de valorar su experiencia, su sabiduría y el legado que han construido a lo largo de los años.
También nos divertimos armando rompecabezas, fortaleciendo vínculos y demostrando que la solidaridad no tiene edad. ¡Cada pequeño gesto cuenta! Gracias a Lear por llevar juguitos, burritos y por aportar material de limpieza. Su apoyo hizo esta experiencia aún más significativa.
Nuestros adultos mayores son guardianes de historias y enseñanzas. Acompañarlos, escucharlos y compartir con ellos es una manera de honrar su vida y su legado. ¡Sigamos sumando esfuerzos y transformando vidas!